Lo reconozco, soy un friki de los famosos. Me encanta conocerles. Hace unos años me convertí en un cazaautógrafos. Posteriormente llegó el momento de las fotos con cámara normal, y ahora, en plena era de la tecnología, mi obsesión se llama selfie. Bueno mi obsesión y la de cientos de fans que han encontrado en esta manera la mejor forma de tener Me gustas en las redes sociales. Pues bien, una de mis sueños era lograr una foto con Rafa Nadal, y nunca pensé que lo iba a conseguir en Evasiom Spa, un centro donde voy yo siempre que puedo y donde me encontré al mejor tenista, y creo que no miento cuando digo, mejor deportista nacional de todos los tiempos.
Eso sí, me costó lo mío, y no porque él no quisiera, sino porque no es fácil encontrar un móvil o cámara en estos lugares. Entre otras cosas porque el ambiente del Spa sirve para reducir el estrés, por eso es obligatorio apagar el móvil antes de entrar en el spa. Está claro que estamos haciendo algo muy beneficioso para nuestra mente y cuerpo, por eso desconectarse permite que los demás también lo hagan.
Bueno, os cuento. Yo me encontraba en este spa en Barcelona, primero había apostado por un masaje Thai, un clásico, pero es de ahí de donde viene todo. Se basa en la presión de los distintos puntos energéticos y en estiramientos, para equilibrar la energía y liberar bloqueos, lo que produce unos resultados inmejorables, estimulando y tonificando el cuerpo, la mente y el espíritu. Indicado para reducir tensiones e incrementar la vitalidad. Vamos que me encontraba como Dios. Así que decidí ir al spa.
En el Spa te proporciona toallas, ropa y ropa interior desechable durante tu estancia. Así que imagínate cuando al entrar en la piscina, me pareció ver a Nadal. Algunos tratamientos pueden realizarse total o parcialmente vestido, pero otros deben ser recibidos sin ropa. Una mirada, dos miradas. La verdad es que ya se sabe que con gorro la gente cambiamos. Por suerte no éramos muchas personas, y las que habían eran mujeres mayores, que supongo que o no verían o no sabían quién era. Y llegó el gran momento, La pregunta del millón. ¿Perdona, eres Nadal?. Y él my majo, me dijo, “sí claro, pero si quieres un autógrafo lo vas a tener complicado”. Guauuu, si es que era simpático hasta en esta situación tan tensa.
Yo me quedé pálido. Casi titubeando le dije, “sí sí claro, pero ¿luego me puedo hacer una foto contigo?” . Me contestó que sin problemas. Y así fue. Una vez fuera en el rellano, me estuvo esperando para hacernos la foto. La verdad es que es una gozada. Y por supuesto que la guardo como un tesoro, solo con deciros que es mi fondo de pantalla. Y claro que logré más de 300 me gustas en mi facebook. Así pues nunca pensé que por acudir a este spa de masajes en Barcelona podría encontrarme con Nadal, o Rafa, como ya le llamó yo ahora.