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El mantenimiento, mejor preventivo

Hablar de mantenimiento puede hacer referencia a numerosas cosas, desde el mantenimiento de un edificio hasta el del cuerpo. Mantener algo, no es otra cosa que conservarla, a ser posible en las mejores condiciones, para que se sostengan en el tiempo. Si hablamos de cosas materiales, aparatos, construcciones o cualquier objeto susceptible de mantenimiento, podemos encontrar diversos tipos del mismo. No obstante, en este artículo, vamos a centrarnos en el mantenimiento preventivo, ese que se cataloga como una revisión de los aparatos o estructuras, con objeto de comprobar su buen funcionamiento, evitar posibles fallos del equipo y prevenir las incidencias que puedan producirse, antes de que estas, se produzcan.

Por lo tanto, podemos decir que el mantenimiento preventivo, consiste en una tarea esencial en toda industria o empresa, incluso, a nivel doméstico. En todos estos entornos, resulta esencial que los sistemas y dispositivos, funcionen correctamente para el negocio. Evitar que se produzcan averías indeseadas, hace posible que el tiempo de vida útil se prolongue, al mismo tiempo que se minimizan las interrupciones derivadas de las mismas.

Nadie mejor que los profesionales May Friho, maquinaria y equipamiento para hostelería y alimentación, para corroborar lo que aquí vamos a tratar. El mantenimiento preventivo, sus tipos y los múltiples beneficios que proporciona a todos los niveles, sectores y ámbitos. Podemos señalar que, a diferencia del mantenimiento correctivo, las acciones efectuadas, se realizan de manera proactiva, con la finalidad de minimizar en todo lo posible, los problemas que puedan sobrevenir en el futuro.

Siendo así, el mantenimiento preventivo, consiste en la acción de realizar la revisión de forma sistemática, en base a ciertos criterios correspondientes a los equipos a aparatos de cualquier tipo, con la clara finalidad de evitar las posibles averías que puedan derivarse por el uso, desgaste o simplemente, el paso del tiempo. Es decir, se adelanta a las averías con antelación a que se produzcan, o hace que su gravedad sea menor. Esto contribuye a minimizar el coste de reparaciones y el tiempo durante el cual, los equipos dejan de estar operativos.

Diferentes tipos, misma finalidad

Dentro de lo que entendemos como mantenimiento preventivo, encontramos tres tipos diferentes que, en conjunto, conforman un plan de mantenimiento. Este plan, resulta indispensable a la hora de realizar una labor de mantenimiento de calidad y altamente profesional. Los tipos principales son:

  • Mantenimiento programado que se realiza por tiempo, kilómetros u horas de funcionamiento.
  • Mantenimiento predictivo, que se lleva a cabo cuando finaliza el tiempo estimado como máximo de utilización.
  • Mantenimiento de oportunidad, que aprovecha el momento en el que no se utiliza el equipo, con la finalidad de realizar el mantenimiento correspondiente, evitando cortes en su uso y, por consiguiente, producción.

Además, en función del tipo de servicio y el equipo susceptible de mantenimiento, es posible contemplar otras dos categorías. El mantenimiento pasivo, que es el que se produce aplicando medidas que proporcionan una capa de seguridad al equipo, de tal manera que siempre funcione en condiciones óptimas, evitando los factores externos, como el desgaste a consecuencia de condiciones meteorológicas adversas o manipulaciones intencionadas o accidentales. Otro tipo de mantenimiento, es el denominado como mantenimiento pasivo que, en función de la calidad y tipo de componentes a someter a mantenimiento preventivo, deben ser supervisados de forma más asidua, debido al desgaste de los mismos, a consecuencia del uso.

Sumando estos tipos de mantenimiento, se obtiene un adecuado plan de mantenimiento que, constituye la base necesaria para ofrecer un servicio de mantenimiento puntual, de alta calidad y rentable tanto a nivel empresa que recibe el servicio, como a nivel empresa que lo ofrece.

Ahora que tenemos claro todo lo referente al mantenimiento preventivo, toca saber el porqué de que se trate de un tipo de mantenimiento tan relevante, tanto a nivel empresa como particular. De hecho, es esencial sobre todo por los beneficios que conlleva en numerosos ámbitos, campos y tipos de negocio. Por ejemplo, a nivel industrial, la tecnología evita los elevados costes que pueden derivarse en caso de no anticipar problemas que prolonguen la vida útil de los equipos. Además, no hay que olvidar que un correcto funcionamiento, se traduce en eficiencia y seguridad. También posibilita la realización de una planificación del trabajo más eficiente, se reduce el tiempo de inactividad no contemplado y se conservan los recursos, lo que a su vez, hace que se cumpla la regulación vigente.

Por lo tanto, el mantenimiento preventivo consiste en un enfoque de lo más rentable. Asegura operaciones confiables, eficientes y seguras a la vez que minimiza los costes de la empresa y maximiza la vida útil de los activos. Citaremos las ventajas que supone contar con un buen plan de mantenimiento preventivo a continuación:

  • Reducción de costes al prevenir fallos y problemas de mayor gravedad.
  • Prolongación de la vida útil de los equipos o aparatos.
  • Mejora de la eficiencia y el rendimiento.
  • Minimiza el tiempo de inactividad.
  • Incremento de la seguridad.
  • Permite realizar una planificación efectiva.
  • Asegura que se cumplen todas las normativas, regulaciones y estándares establecidos.
  • Proporciona un aumento de la confianza y fiabilidad.
  • Optimiza los recursos y se aumenta la calidad.

Como se lleva a cabo un mantenimiento preventivo

La mejor manera de llevar a cabo este tipo de mantenimiento en particular, no es otra que partir de un adecuado y premeditado plan de mantenimiento. Este debe ser eficaz y apoyarse en herramientas que faciliten la gestión adecuada del plan. Los pasos que conviene seguir a la hora de realizar este tipo de mantenimiento, empiezan por la fijación de metas.

Con este primer paso, se establece el mejor plan de mantenimiento preventivo. Se definen los objetivos que se pretende lograr con el mismo, ya se trata de disminuir el tiempo de  inactividad del equipo o minimizar los costes en reparaciones.

A continuación, se identifican los recursos disponibles. Es necesario controlar todos los activos de los que disponga la empresa en cuestión, lo que implica la ubicación, recomendaciones de funcionamiento y mantenimiento según el fabricante, las especificaciones técnicas, el año de la compra… toda información relevante. Lo ideal puede ser confeccionar un inventario lo más preciso de los equipos, maquinaria o dispositivos incluidos en la empresa y organizarlos de forma eficiente.

Después se priorizan las tareas de mantenimiento, puesto que no todos los equipos cuentan con la misma importancia o impacto en el funcionamiento, es necesario hacer una identificación previa para conocer la prioridad y atención que requiere cada sistema. Del mismo modo, es conveniente priorizar los posibles riesgos, con objeto de implementar soluciones rápidas y eficientes.

No puede faltar en un buen plan de mantenimiento, la implementación de un buen sistema de seguimiento. Esto hace que el mismo, sea eficiente, sobre todo si se monitoriza y controla todo aquello que permita conocer en tiempo real lo que sucede en los equipos. Crear un cuadro de mando, generar informes atractivos visualmente, utilizando métricas y KPI claves, es la mejor forma de poder actuar de forma inmediata ante cualquier posible incidencia o problema.

Por último, dentro del plan de mantenimiento preventivo perfecto, hay que incluir el desarrollo de un sistema de mejora continua. Debe tratarse de un sistema dinámico, siempre funcionando y buscando formas de mejorar y optimizar. Es decir, debe encontrarse siempre en continua evolución, añadir procedimientos, mejorar tareas y aprender de los datos obtenidos y acciones realizadas.

Aunque es habitual que este tipo de mantenimiento, se confunda con el mantenimiento de tipo predictivo, debido a que están relacionados, cabe señalar que ambos tipos de mantenimiento, se utilizan para diferentes tareas y procesos. Para que lo entendamos, veremos las principales diferencias entre uno y otro.

Respecto al mantenimiento preventivo, las tareas se realizan a través de inspecciones, ajustes o reparaciones programadas, antes de que se produzca la avería o el fallo. Por el contrario, el mantenimiento predictivo, monitoriza continuamente los equipos con el objetivo de identificar los patrones o comportamientos anómalos que pueden derivar en un problema o error. Dicho de otra manera, el mantenimiento preventivo son tareas que se llevan a cabo de manera programada y sistemática, para evitar averías y problemas en el futuro. Siendo el mantenimiento predictivo el que se realiza mediante un seguimiento en tiempo real, con la finalidad de identificar las señales que hacen sospechar de problemas.

Las primeras se hacen de forma predeterminada y las segundas cuando es necesario. Otra de las diferencias notables entre estos dos tipos de mantenimiento, reside en el tipo de tareas que hay que realizan en cada uno de ellos. El preventivo, realiza tareas preventivas como engrasado, limpieza, reemplazo de piezas, etc. El predictivo, por su parte, recopila datos utilizando herramientas y software específico.

Lo que nos lleva a las herramientas y procesos de cada tipo de mantenimiento. Los primeros saben de antemano cuando actuar y, por lo tanto, las herramientas y procesos a seguir. Sin embargo, el mantenimiento predictivo, es más proactivo y requiere apoyarse en la tecnología para poder identificar los problemas con antelación a que se produzcan. El internet de las cosas o la analítica de datos, por ejemplo, frente a la llave inglesa y un alicate, entre otros.

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