Los seres humanos somos emocionales por naturaleza, y aunque muchas veces queramos parecernos al Dr. Spock de Star Treck, no podemos evitar sentir emociones. Es algo humano sentir ira, dolor o amor, y cuando las sentimos queremos compartir tanto lo bueno como lo malo de esos sentimientos con otras personas.
La manera en la que gestionamos nuestros sentimientos es muy importante, y depende mucho de la educación que se da desde que somos bien pequeños. A partir de los tres años empezamos a descubrir cómo es el mundo, y empezamos a interactuar con otras personas, y es en este momento cuando entran en juego los sentimientos.
Como decíamos, saber controlar los sentimientos puede evitar situaciones no deseadas. O no te ha ocurrido alguna vez que por ira has hecho algo de lo que te hayas arrepentido posteriormente. Es algo que le ocurre a todas las personas, ya que nos enseñan muchas cosas desde que somos pequeños, pero el control de los sentimientos es algo que no se enseña como una materia independiente.
Y la importancia de aprender a reconocer y controlar los sentimientos es muy importante de cara a las generaciones futuras, porque hará que la sociedad avance con principios fuertes. De hecho, actualmente hay una corriente muy fuerte que aboga por el aprendizaje de lo que se denomina “inteligencia emocional”.
La “inteligencia emocional” es la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlo y compartirlos con los demás. Esta es una herramienta muy poderosa que permite hacer de la vida algo más que un valle de risas y lágrimas.
Hablando sobre la soledad
Uno de los sentimientos más comunes que experimenta el ser humano es la soledad, que es estar solo sin estar acompañado de una persona u otro ser vivo. Cuando un niño crece, lo normal es estar acompañado por los seres queridos, pero ¿qué pasa cuándo se envejece? Pues que en lugar de estar acompañados, los anciones tienden a quedarse solos.
El ritmo de vida tan rápido que llevamos muchas veces no nos permite prestar atención a las personas mayores que tenemos a nuestro alrededor. Y, por ejemplo, no ir a visitar a tus padres o abuelos habitualmente, genera en ellos una sensación de abandono. Porque por muy ocupados que estemos siempre debe de haber tiempo para la familia.
Si pensamos en quien no puede sentir la soledad, podemos pensar que los personajes famosos de nuestra sociedad son los únicos que no pueden quejarse. Pero la verdad es que no es así, la fama puede generar un gran sentimiento de soledad cuando no hay nadie alrededor, sobre todo en cantantes, actores o en aquellos expuestos al público. De hecho, existen muchos famosos que murieron solos, y es que la soledad no entiende de estatus social.
Uno de los sitios en donde los ancianos experimentan más soledad es en las residencias de ancianos. No está bien generalizar, sobre todo cuando hablamos de lugares en los que el trato humano es importante. Pero existen muchos casos en los que debido a que no se quiere contratar a mucho personal, las personas mayores quedan desatendidas, en estas residencias.
Una de las residencias de personas mayores que más cuidado tiene es Sanvital, una residencia de ancianos en Madrid, en la que las personas mayores están atendidas las 24 horas del día por un equipo humano muy cualificado, del que recibirá toda la atención, cariño y respeto que merece.
En conclusión, los sentimientos nos tratan a todos por igual, pero la manera en la que sabemos gestionarlos es muy importante. Y No importa el dinero o la fama que tengas, ya que sentimientos como la soledad te invaden siempre. Por tanto, de cara a las próximas generaciones merece la pena empezar a difundir la inteligencia emocional.