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Buenos libros para esta Semana Santa que no tendríamos sin un traductor

Hoy quiero recomendaros varios libros para desconectar durante la Semana Santa y haceros ver también la importancia de los traductores para poder acceder a la cultura. Sin los buenos profesionales de la traducción, como los de Jti, no podríamos llegar a muchos de estos libros. Que no os engañen con argumentos como esos que dicen que todos hablaríamos mejor inglés en España si no se tradujesen todas las series y películas. Nada más lejos de la realidad. No todos los productos están hechos en inglés en origen, sino que para poder comprar ese razonamiento y vivir sin los traductores tendríamos que saber más de un idioma.

Sin ir más lejos, el primero de los libros que os voy a recomendar es Siete breves lecciones de física, de Carlo Rovelli. Un inesperado best seller en Italia, con traducciones a más de veinte idiomas, que se ha convertido en un éxito bien sencillo de explicar por algo muy difícil de conseguir: con pasión, fluidez y una encomiable voluntad de presentar de un modo diáfano temas complejos, Carlo Rovelli, científico de estirpe humanista, nos propone un breve pero muy completo recorrido por los hitos de la física de los últimos cien años en siete lecciones magistrales. Y así repasa la teoría de la relatividad, la mecánica cuántica, la arquitectura del universo, las partículas elementales, la gravedad cuántica, los agujeros negros… Pero también la naturaleza del tiempo y nuestro lugar dentro de este entramado infinito. Combinando entusiasmo, claridad y rigor, Rovelli nos propone una estupenda (y bella) panorámica de los hallazgos de la física, a través de los cuales el ser humano ha ido desentrañando los misterios del universo.

Pues bien, este primer libro está escrito en origen en italiano, algo que no es el caso del siguiente, de ahí la necesidad de los traductores. Bueno, para traducir cultura y para muchas cosas más. Sin ir más lejos, hace unos meses unos de mis hijos decidió que se iba a estudiar a Alemania la carrera, y tuvimos que acudir a la oficina de los traductores de Jti para que nos pasasen a alemán, y de forma oficial, todos los documentos donde aparecían las notas de mi hijo, para que fuese aceptado en el centro germano. Y desde entonces hemos tenido que ir en varias ocasiones porque nos han hecho falta también otros documentos para tener cobertura sanitaria, poder tener allí un trabajo a tiempo parcial para pagarse la universidad, etc. Por suerte, en Jti son muy rápidos y nos asesoraron para que todo este papeleo fuese de lo más sencillo.

Y dicho esto, seguimos con otro de los libros que os recomiendo para estas fiestas de Semana Santa y que no sería posible leer en castellano sin un traductor. Se trata de Veo una voz, de Oliver Sacks. Con su pasión y curiosidad habituales, Sacks se interna en el insondable silencio de los sordos profundos, de aquellos que han nacido sin uno de los sentidos básicos para el conocimiento, para la articulación del lenguaje y, por ende, del pensamiento. Pero este viaje al país del silencio, como todos los que emprende Sacks, será una jornada llena de descubrimientos. Y el lector conocerá así la historia de los sordos, los estragos que han causado los oralistas, los defensores del lenguaje oral frente al de señas, y sabrá de la existencia de una comunidad que existió durante más de dos siglos en Martha’s Vineyard, Massachusetts, y en la que había una forma de sordera hereditaria y todos aprendían a hablar por señas. Y así, los que podían oír eran bilingües, y podían pensar y hablar de viva voz y también en el lenguaje de señas, y había un intercambio libre y pleno entre oyentes y sordos. Porque, para el autor, el lenguaje de señas no es una mera traducción de las lenguas habladas, sino un idioma único y alternativo, tan complejo, tan rico y tan efectivo para el pensamiento y la transmisión de la cultura como las diferentes lenguas de los oyentes. Una obra hermosa y conmovedora, un viaje fascinante al corazón de una tierra muy extraña y una provocativa meditación sobre la comunicación, la biología y la cultura.

Para los amantes de Mr. Ripley

Tras los pasos de Ripley, de Patricia Highsmith, es mi última recomendación para esta Semana Santa. En esta obra, Tom Ripley, el inquietante protagonista de El talento de Mr. Ripley (después película), La máscara de Ripley y El amigo americano, se encuentra un día a un extraño adolescente que no quiere separarse de él: el joven Frank Pierson, hijo de un multimillonario, que se siente acosado por un espantoso secreto. Sólo un hombre como Ripley, acostumbrado a las aguas turbias, podría ayudarle en su lucha desesperada contra el sentimiento de culpa que le corroe. Comienza entonces para los dos amigos un vagabundeo que les lleva de París a Berlín, donde Frank es víctima de un secuestro, después a Hamburgo y finalmente a los Estados Unidos, a la lujosa y nefasta mansión de los Pierson. Allí, frente a su destino, el frágil joven ¿podrá seguir los pasos de Ripley, el cínico, o cederá bajo el peso de su sufri­miento moral? Por primera vez, Tom Ripley revela al lector su cara oculta: la de un hombre generoso, dispuesto a todo para ayudar a un ser en apuros. Y también por primera vez Patricia Highsmith se dedica a reconstruir el universo de un adolescente atrozmente atormentado por un acto que cometió pero también rebelado contra la sociedad y tre­mendamente desgraciado a causa de una historia amorosa.

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